Cocinar es una actividad que nos obliga a tomar ciertas precauciones para evitar lesiones. Es frecuente que trabajemos con elementos calientes que, al tacto, nos quemarán. Por eso necesitamos una manopla de cocina que nos proteja y nos permita agarrar fuentes, bandejas y platos sin ningún problema.
Hacer un guante de cocina es muy sencillo ya que no requiere de precisión o exactitud. Los únicos materiales que necesitamos son guata y retazos de tela, además de tijeras y una máquina de coser.
Lo primero que tendremos que hacer es tomar un molde de la mano, pero trazando un contorno que sea unos tres centímetros más grande. Después tendremos que cortar dicho molde cuatro veces en la tela y dos veces en guata. Cabe destacar que podemos utilizar dos tipos de tela: una estampada para el exterior y otra para el interior (que puede ser una toalla o un repasador en desuso). En ese caso, cortaremos dos veces el molde en cada tela.
Hecho esto, tendremos que enfrentar los derechos de la tela que queremos que quede en el exterior y los de la guata, superponiendo las piezas y cosiendo por el contorno. Por supuesto, tendremos que dejar abierta la parte inferior para que podamos meter la mano dentro de la manopla.
Después debemos dar vuelta de modo que el estampado quede hacia fuera y, en el interior, una capa de guata a cada lado. Con la otra tela (o con la misma, si usamos sólo un tipo), repetiremos el proceso (enfrentar los derechos y coser por el contorno) e introduciremos lo cocido en la pieza.
Finalmente, coseremos una cinta al bies en la boca de la manopla de cocina para unir todas las piezas y lograr un resultado y una decoración más prolijos.
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