La ropa blanca guardada se torna amarilla por la presencia de polvo en los estantes, manchas que no han sido bien lavadas o mucha exposición a la luz.
En primer lugar, para evitar que se forme este amarilleo, controle que la ropa de estación quede bien lavada antes de guardarla. A su vez, fíjese de colocarlas en bolsas para protegerlas del polvo ya que, al estar quietas, éste tiende a acumularse.
Si al sacar las prendas blancas, las encontraste amarillentas, lo mejor es probar con un detergente especial para blancos y como última opción la lavandina, ya que tiende a desgastar la ropa.
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