El Feng shui es el arte de encauzar, atraer y conservar la energía vital para mejorar la calidad de vida, en todo el sentido de la palabra. Antigua y milenaria, originaria de la China, el Feng Shui se traduce como viento y agua y trata de las relaciones entre las fuerzas de la naturaleza, aquellas que se ven como las invisibles.
Nuestro hogar y familia son parte de esas relaciones, en constante interacción. Como el viento y el agua, el hogar y la familia deben estar en armonía. Para lograr ese equilibrio es necesario que cada parte de la casa lo esté. Y dentro de la casa la habitación, especialmente la de los hijos es un lugar importante para pensar en su organización y distribución.
Es que la habitación es un espacio muy especial, ya que en ella se conjugan dos actividades bien diferenciadas, la de dormir y descansar y la de juego y actividad. Se trata de un lugar en donde los niños se comunican de diferentes maneras, crean, se divierten y también se relajen. De ahí la complejidad de encontrar un equilibrio en donde las actividades puedan realizarse con naturalidad, sin interferir entre sí.
Sabemos que el sueño es sumamente importante para todos, es por eso que para el Feng Shui también lo es, crear espacios verdaderamente disfrutables y bien pensados. Pero el Feng Shui no solo ayuda a mejorar el sueño de las personas. Va mucho más allá: ayuda con la calidad de vida, la salud tanto física como mental.
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