Poco a poco y con el tiempo suficiente, es muy buena idea ir construyendo nuestro pesebre. A mi por lo menos me gusta mucho, hacer toda la escena con mis propias manos, dando rienda libre a la creatividad de modo que cada año quede diferente.
“Mis” propias manos es un decir, porque en realidad, nos gusta hacer todo en familia. Cada uno puede hacer su parte: aunque no es buena idea que los peques utilicen tijeras o herramientas punzantes, perfectamente pueden encargarse de pintar, pincelar y otras partes del proceso que no revisten peligro.
Hoy comenzamos esta serie, destinada exclusivamente a construir la fachada de Belén. Te invito a prestar atención y desde luego a ensayar las variantes que más te guste.
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