Antes trabajamos en la primera y segunda parte de esta propuesta, que te invito a releer en caso de que este post sea tu primer contacto con ella. Al día de hoy, es momento de ensamblar los cuadernillos.
Para realizarlo tenemos dos opciones y comenzamos por la más simple de ellas: sólo pegarlas. Deberás encolar el lomo e ir introduciendo pequeños trozos de hilo en las ranuras, por supuesto en el sentido del lomo y siendo los hilos más largos que tamaño del cuadernillo de hojas. Deja secar y luego aplica una nueva capa de cola y sólo cuando seque bien, cortarás el hilo que sobra.
La segunda forma, si bien reviste más trabajo, es más segura y aporta una mejor terminación a todo el trabajo, algo así como lo que vemos en la imagen de lifeofmars.com. Se trata de coser cada cuadernillo uno por uno. Tomas el primero, introduces el hilo encerado por la ranura inferior y dejas el extremo suelto hasta el centro del pliego y luego lo sacas por la siguiente ranura. Vuelves a introducir el hilo por ésta y así sucesivamente hasta llegar a la parte superior del lomo.
Al segundo cuadernillo lo unes al primero siguiendo los mismos pasos, pero esta vez en sentido inverso, lo que quiere decir que terminarás en la parte inferior del lomo y el cabo sobrante lo anudarás al sobrante hilo que dejamos al principio.
En nuestro próximo y último post compartimos los últimos pasos para terminar el trabajo.
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