Si bien en la mayoría de nuestros hogares, ya debe estar listo en Belén como siempre en un lugar de privilegio, hoy comparto una buena idea para dejar que los niños se comprometan aún más con el espíritu de la Navidad.
Puedes dejar que lo armen en su dormitorio, o en su casita del árbol, o – como yo misma hice- que lo hagan en una especie de bandeja movible y llevarlo a tu oficina o escritorio. La gratificación es doble: allí está la escena de Belén, siempre cerca tuyo e invitado a tus compañeros de trabajo a entrar en el clima navideño y tú estás de maravillas mirando de vez en cuando lo que tus hijos hicieron con sus propias manitos.
Materiales
- Plastilina de muchos colores
- Piedrecitas, arena, ramas pequeñas
- Trocitos de tela que ayuden a decorar
- Un par de trozos de madera para la forma del pesebre.
Para armarlo, nos ayuda la imagen que encontramos en guiainfantil.com. Simplemente se arman trozos de plastilina con los colores adecuados para cada figura. A ellas puedes agregarle cualquiera de los aditamentos antes mencionados, por ejemplo un trocito de tela blanca para el velo de María, o piedrecitas para bordear un camino, etc.
La creatividad la ponen los peques, los materiales los proporcionas tú. Es una propuesta disfrutable de modo que te propongo que alientes a los pequeños a realizarla.
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